Ruta de grado ED
Juan Carlos Torres y Jorge Pilataxi
Campamento Base: Diego Chela, Nicolás Carrillo, Daniel Sáenz, Cinthya Bravo

La mañana del domingo 20 de febrero del 2022, la cordada alpina de los ecuatorianos Juan Carlos Torres y Jorge Pilataxi, lograron la primera ascensión por la arista nor-oriental a la cumbre nor-oriental y máxima del Volcán Antisana.
Este proyecto, fue planeado por mucho tiempo, y esta vez tuvimos la oportunidad de poder concretarlo. Las condiciones y el clima nos acompañaron por largos momentos en estos 4 días.
El primer día empezamos la travesía desde el glaciar Número 15 hasta llegar a la base de la pared en la cara nor-oriental la cual no tenía casi nada de nieve, al contrario, había mucha roca suelta y glaciar roto; sin embargo, ahí pudimos descansar y hacer el campamento para la primera noche.
El segundo día, salimos hacia la arista, donde empezó nuestro verdadero reto físico, técnico y mental. Hicimos varios largos de escalada en roca floja y en su mayoría en mal estado. Al séptimo largo, cayó una tormenta que nos obligó a armar el campamento en un champiñón de hielo que se encontraba impregnado en la pared de la arista.
Al tercer día, seguimos escalando, pero esta vez ya nos encontramos con un terreno más mixto de roca y hielo para unos 6 largos más. En el último largo, hicimos otra parada y armamos otra vez el campamento para así poder salir a la madrugada del siguiente día y hacer el último ascenso en la parte de nieve hacia la cumbre.
Cuando logramos conquistar su cumbre nor-oriental, fue una de las sensaciones más grandes, más lindas, más gratificantes y más tranquilizantes que he sentido. Después de escalar varios días esa arista de roca descompuesta y con muy poca protección, nieve floja y muchos otros retos físicos, técnicos y mentales, por fin nos encontrábamos en la tan soñada cumbre.
A la hora de descender ahí parados en la cumbre nororiental, tuvimos unos segundos de visibilidad en los cuales logramos ver la cumbre máxima del Antisana. Pudimos grabar en nuestras mentes por donde sería el camino correcto para poder llegar a ella, ya que la montaña se nubló nuevamente y ya no se veía nada.
Después de 3 horas logramos llegar a la cumbre máxima, sin duda fue otra gran sensación el saber que ya estábamos en una cumbre conocida y ahora sí, poder descender a nuestro campamento base en la zona de Crespos, para poder encontrarnos con nuestros otros compañeros que nos esperaban ansiosos. Tengo que destacar que ellos fueron una parte fundamental en este proyecto, ya que el trabajo en equipo siempre es importante.
Empezando el descenso, el clima en la montaña se puso muy malo y se nubló por completo, y al poco tiempo nos llevamos la sorpresa de que el camino que conocíamos para el regreso ya no existía, así que nos tocó abrir huella y encontrar algunos pasos para continuar descendiendo.
Saliendo del glaciar miramos a nuestros compañeros en la laguna donde nos esperaban. Mis ojos se llenaron de lágrimas al saber que siempre tuvimos a la gente de nuestro equipo apoyándonos y pendiente de nosotros, para así poder regresar a nuestras casas y abrazar a nuestras familias.
Al llegar, un fuerte abrazo de gratitud y confianza con mi compañero Jorge Pilataxi, mis compañeros de equipo y una botella de Coca-Cola después de todo ese ascenso y descenso, fue la mejor forma de festejar.
Agradecido a la vida y a mi familia por todo el apoyo, paciencia y confianza en este proyecto que hemos logrado con las más grandes bendiciones.