Viva Perú Carajo/Muñeca Japonesa, M7 85°

Juan Antonio Vaca Tobar & Noel Culebras (España)

A principios del 2021 en Quito me reuní con amigos, conversamos que sería bacan ir a Perú la temporada y hacer algo de montaña. A esto había que sumarle que no habían certezas que abran las fronteras, en temas de presupuesto y la situación de salud debido a la pandemia, por lo que me decían que no era ideal y que ese año no iban a viajar.

No tenía cordada para el viaje pero si las ganas de ir, en fin no me desanimé. Viendo redes sociales me topé con las publicaciones de Noel, amigo de un pana que conocí un día que escalamos en Madrid (o sea varias horas pero hubo el match 😍) y le dige que se parecían ser unas líneas súper estéticas las que estaba dando en España y que en algún momento me gustaría intentar allá una vía y que lo invitaba al Ecuador. 

Me respondió que gracias por la invitación pero que él iba a Perú, que si me animaba vaya y que hagamos grupo con otro pana de Chile. Me lo pensé un rato, al final compre los pasajes y listo ya no había marcha atrás. Después de meses de planificación en equipo, reuniones de zoom y organización de pegues, el pana de Chile no pudo salir por restricciones. La cordada se volvió de dos y viajamos a Huaraz.

Iniciamos la aclimatación, de poco a poco iba creciendo nuestra amistad y la confianza, llegó un momento en el cual tuvimos que decidir sobre nuestro objetivo de temporada, el Alpamayo, que en ese punto no presentaba condiciones para animarnos a escalarlo. La temporada estaba algo extraña, no sólo por que había poca gente en la ciudad sino también por que la temporada había entrado tarde y el clima no era tan estable como años anteriores.

En esos días varias cordadas potentes estaban en la ciudad, una de ellas era la de los hermanos Pou. Que con la motivación que los caracteriza abrieron varias vías esa temporada, al ya no tener nuestro objetivo de temporada realizamos un cambio. A Noel y a mi nos llamó la atención una línea mixta en el Huamashraju.

Decidimos cambiar de objetivo ya que esta era una vía limpia, es decir había seguridad de que no nos cayera nada al momento de escalarla, era nueva y técnica. Mas con curiosidad que con certezas decidimos intentar la vía «Viva Perú Carajo». Iniciamos recopilando información videos, fotos y todo cuanto podíamos, fuimos a rentar una cuerda extra que nos hacía falta. Fuimos a donde Luly de Andean Kingdom, conversamos y nos preguntó a donde íbamos, cuando salíamos y nos dio unas recomendaciones. Una vez con la cuerda estábamos de salida del local y Luly nos dijo «¿revisaron el topo ?», con Noel nos quedamos viendo por qué no sabíamos de qué topo nos hablaba, lo enseñó y nos pasó la información con la que teníamos más claro el panorama.

Parte de la información recopilada también era que se había caído un puente y no había paso en la carretera, pero tampoco se sabía si ya lo habían arreglado así que debíamos averiguarlo en el camino…

El 23 de julio tomamos el taxi de Joseph, una nave que sube todo, como si tuviera orugas en vez de llantas, un Corolla del 95, una verdadera máquina de montaña que, bueno, sin el piloto viene a ser solo un carro común.

Pasamos el puente arreglado y nunca supimos que había una puerta y que no era permitido el paso con vehículo particular, fue así que nos despedimos de Joseph. Acordamos el día y hora de encuentro para el regreso y seguimos nuestro camino. Después de unos 30 minutos más o menos de pasar la puerta y caminar con los mochilones nos dieron alcance unas camionetas y camiones que estaban arreglando algunas cosas en la quebrada, pedimos un aventon y en después de 10 minutos en el balde de la camioneta recorrimos un camino que nos hubiera tomado un par de horas.

Nos bajamos en un punto que identificamos como el que podría ser el acceso a la cara sur del Huamashraju. Noel y yo tenemos estilos diferentes, Noel subía volando y yo subía a mi ritmo. Así mismo yo usaba el teléfono y el reloj para navegar, Noel se basaba mucho en los mapas que teníamos. Al final entramos bien a lo que teníamos en mente y llegamos al campamento base que no tenía agua, jajaja, encontramos unos neveros, los cuales sirvieron para hacer la mística, única e inigualable agua de calceta (calcetín limpio)…

Una vez armado el campamento, hicimos un scouting de la vía. El 24 de julio por la mañana iniciamos el ascenso en la cara sur por una rampa de hielo, sorteando varios largos hasta llegar al Crux de la vía (M7). A ese punto ya estábamos encaramados a más de la mitad de la vía y esa parte no se identificaba bien hasta que siguiendo la lógica de la vía, Noel alcanzo a ver un pitón y se predispuso a abrir ese largo. Desde una repisa le hacia barras y le daba seguro «venga, venga mi looooco», yo escuchaba que el man andaba callado, concentrado hasta que mi cuerda se tenso y escuche un «hossssstiaaaaa», a lo que respondí «que pasoooo veeee»… » Me abrí mucho a la derecha, por allí no era, recupera… Estoy bien»… A lo que comenzamos de nuevo: «venga, veeeengaaa», solo diré que el pitón está donde debe estar.

Una vez pasamos esa parte intercalábamos largos, y por las condiciones protegiendo cuando se podía,  tomamos hacia la derecha (línea 🔵) saliendo a cumbre. De esta manera realizamos la primera repetición de la vía sumando una pequeña variante de tres largos (M5+, 85°) a la cual llamamos “MUÑECA JAPONESA”. Encontramos los rápeles y descendimos durante la noche por la morrena interminable, llegando al campamento a las 5:00 am, en algunos momentos tuvimos dificultades para encontrar los rapeles pero al final lo conseguimos, bajamos bien. El 25 levantamos campamento y descendimos hacia la Puerta de Rajucolta donde Joseph nos esperaba con la nave para volver a Huaraz.